viernes, 26 de noviembre de 2010

Eternity: Twin Soul

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Eternity
Twilight es porpiedad de Shephenie Mayor. La trama de la historia es propiedad de Valeria Centorbi. Prohibida la reproducción total de la misma.


Nota: "Eternity" es un conjunto de OneShot que mi queria amiga, mi loquita ^.^, me esta regalando por mi cumple de hace unas semanas. Con su permiso lo estoy posteando en el blog para compartilo con ustedes. Lo unico mio es el summary XD. Valu, vos sabes lo que este regalo, y sobre todo vos, significas para mi. Te quiero.

Summary:  Juntos caminan bajo las manecillas inmóviles del tiempo. Juntos, avanzan... hacia lo lejano y eterno.

Twin Soul

Se encontraba sentado frente a la televisión, pero no la observaba para nada. Sus ojos, de un color marrón derretido, se perdían en un punto no determinado. Él no quería mirar, porque no lo necesitaba. Él sentía.

Cada emoción presente en la gran casa, él la percibía, por más lejos suyo que se encontrara el resto de su familia.

Sentía cómo Edward estaba relajado, con Bella a su lado, nerviosa. La castaña se ponía de esta manera al estar con el vampiro. Aunque también sentía su amor, ese amor que alentaba a Edward para luchar contra el ansia de beber la sangre de su tuá cantante.



Su estado de ánimo se vio influenciado y cambiado por una paz repentina. Esme y Carlisle estaban en su respectivo espacio. Le gustaba estar cerca de ellos, y percibir lo que sentían, ya que automáticamente se contagiaba con la paz y armonía que éstos destilaban.

Siguió sintiendo, hasta que una gran lujuria repentina lo sacudió. Se concentró en la tranquilidad que emanaban sus “padres”, pero la emoción anterior era tan fuerte, que aplastaba cualquier otra cosa que pudiera sentir. Para colmo, no podía percibir la hiperactividad de Alice por ningún lugar.

Alice… Su Alice. La pequeña pixie que tanto amaba. Con ella él podía ser mejor vampiro, soportar la sed que le daba la sangre humana, y estar feliz por ello. ¿Qué sería de Jasper sin Alice? Sin el amor, el apoyo y el cariño que le brindaba su pequeña duende.

El deseo lo consumía, y pensar en su mujer ahora no le solucionaba el problema, lo aumentaba… Necesitaba urgentemente que ella volviera. De lo contrario, se lanzaría sin dudarlo contra la primer humana que se le cruzara. Pero no haría eso, antes se iría a cazar, ya que él le sería fiel a su Alice. Jamás la había engañado, y jamás consideraría esa opción.

Agarró en un segundo su celular, y marcó sin mirar el número, pero no necesitó llegar a hacerlo sonar. Él sabía que ella estaba volviendo. Para cuando dejó el celular sobre el sofá, unos brazos delgados lo rodeaban. Sintió unos labios hambrientos adueñarse de los suyos, y las ondas de lujuria golpearlo fuertemente. Esta vez no trató de serenarse, ya que su propia excitación lo controlaba.

Antes de pasar dos minutos, ya estaban en su habitación, recostados ambos en la gran cama de dos plazas. El pequeño cuerpo de Alice encima del suyo, rozándose ambos sexos, y creando los dos una fricción deliciosa. Él estaba duro ya, y no podía ser más el vampiro paciente que lo caracterizaba, pero hacerla disfrutar a ella era su prioridad, y una satisfacción interna que siempre se daba. Le acarició la piel por debajo de la camiseta, arrancándole suspiros que lo encendían más todavía. Ella tampoco podía esperar más, por lo que pasó a quitarle su camiseta y la propia también.

Los pequeños dedos de Alice se movían ávidos por el torso descubierto del rubio, mientras que sus manos bajaban hasta su pantalón, desabrochando los botones. Él la besaba, recorriendo su cuello y hombros con sus labios, dejando besos húmedos por cada zona que su boca tocaba. Descendió a sus senos, al tiempo que quitaba su brassier, y lamía los bellos pezones que ella poseía.

Era tan suave, tan dulce, y tan hermosa. Lo volvía loco siempre, pero cuando hacían el amor lograba trasladarlo al éxtasis extremo. En este acto, su conexión se volvía más profunda que nunca.

Los gemidos de su mujer inundaban sus oídos sensibles, y nublaban sus sentidos, dedicándolos pura y exclusivamente a amarla. Le quitó el pantalón, junto con la ropa interior que le quedaba, comenzando a acariciarle su centro, metiendo luego uno de sus dedos.

Alice gemía de manera divina, mientras que sus dedos se aferraban al rubio pelo de su otra mitad, retorciéndolo extasiada. Estaba tan mojada, que ya sentía que en cualquier momento explotaría sin siquiera haber culminado el acto de amor que realizaban. Cuando las paredes de ella se cerraron en torno a sus dedos, supo que el orgasmo la golpeaba, y los gemidos fueron en aumento, hasta decaer y volverse suaves suspiros, luego que su respiración se normalizara.

La pelinegra le quitó el pantalón y los bóxers. Ambos estaban impacientes, y no podían postergarlo más. Querían sentirse mutuamente, aún más de lo que ya lo hacían. Se besaron, encendidos y apasionados, al tiempo que él la penetraba lentamente. No pudo estar mucho tiempo sin aumentar el ritmo, ya que ella era tan estrecha y tan cálida, que no resistía.

Gemían y jadeaban, cada vez más cerca del éxtasis, lo sabían. Aumentó las embestidas a un ritmo para nada humano, hasta que a ella la sacudió otro orgasmo. Él siguió, después de dar unas pocas embestidas más. Amaba derramarse dentro de Alice, ya que le hacía sentir que en esta pequeña acción, era más suya que nunca.

Se abrazaron y se recostaron en su cama, adentrándose inmediatamente en su propia burbuja. Nada cambiaba entre ellos, y eso le encantaba, es más, con cada día Jasper se enamoraba más de Alice, y viceversa. El amor que sentían era muy fuerte, ninguno de los dos había sentido algo así nunca, y les encantaba. No lo cambiarían por nada del mundo, ni se cambiarían por nada del mundo.

El rubio abrazó más fuerte aún a su mujer, pegándola a su cuerpo completamente. El calor volvía a aumentar entre ambos, lo sentían…

— Jazz, te amo… —depositó sus labios sobre los de él, acariciándolos levemente.

— Yo también te amo, Alice. Por siempre y… —la vampira lo interrumpió, afirmando sus manos en los hombros masculinos.

— …Para siempre… —sus ojos chocaron al tiempo que afirmaban esa promesa, que ya sabían, jamás se extinguiría entre ellos.

Se miraron por largo rato. Las palabras todo el tiempo sobraban entre ellos. Porque con sólo observarse era suficiente, ya que se entendían a la perfección.

Amor. Eso era lo que sucedía entre esta pareja vampírica. Se amaban y no necesitaban otra cosa, porque sin el lazo que tenían, ninguno podría continuar.

Jasper sin Alice no era nada, porque ella lo había estado esperando para sacarlo de la vida vacía en la que estaba sumergido. Lo rescató, y le agradecería eso toda la vida.

Almas gemelas, eso eran ellos. Destinados a encontrarse, y a amarse.

Se besaron, y volvieron a repetir el acto que afirmaba su promesa. Lo harían sin cansarse, ya que no necesitaban otra cosa para ser felices, más que su amor, y amaban estar juntos, amándose siempre que pudieran.

Después de todo, contaban con toda una eternidad para ello…

Fin

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